domingo, 29 de abril de 2012

PERFECTA DESCONOCIDA

 
   Los días pasan monótonos,  trabajo, casa, universidad, la magia se pierde un poco, el sueño logra vencer en ocasiones, rutina a flor de piel, es cosa de días que me enferme, lo sé, quiero hacer algo nuevo, quiero moverme por la ciudad sin ser percibido, rajar al cerro y quedarme ahí por horas mirando el cielo y su inmensidad, necesito algún estimulo, necesito algo más que lo real.  
    Este es uno de esos días en donde piensan que algo alterara la funcionalidad, algo en el pecho, como avisando seria el vigía para estar atento, no me equivoque, divise sin querer alguien distinto, me sonrió de inmediato sin darme cuenta, sus ojos se clavaron en los míos aunque fuera un cristal y miles de kilómetros que los reflejaran, era raro, no es real fue lo primero que se me vino a la mente, comenzamos a platicar de inmediato, como tomando el hilo de una conversación que jamás se tuvo, o más bien que yo en esta vida no recuerde.
   Fue instantáneo, algo realmente mágico, fue como que en otra vida y con antelación ya nos habíamos amado, es cuando Dios te pone en frente a lo que ni siquiera alcanzaste a pedir en oración, es esa piel que encaja en los grados perfectos de tu piel y se amolda en una sintaxis completa con las curvas del otro, es como que la fe te leyó la mente y puso la chica precisa, en el momento preciso, de la forma más estúpidamente única.
   Mi corazón se lleno completamente, fueron mil diástoles bombardeando mi corazón y llenándolo de sangre purificada y llana a amar, no estaba dispuesto a dejarlo ir, tenía que seguir la intuición de mi corazón, no en estos momentos donde esto solo se limita a telenovelas o películas cursis de catorces de febreros.
   Como describir las ganas inmensas por colarme por su sostén y descubrirla de su  (a esas alturas), molestosa ropa, era una locura sin sentido, lo sabia, no podía estar queriendo amar a una perfecta desconocida, pero no estaba en condiciones de replanteármelo, seguí adelante, comprendí que la reciprocidad por fin tocaba las puertas de mi camino y sin forzar nada,  por primera vez sentí que la centralidad y locura de mi vida estaban ancladas a los pies fugitivos de esa desconocida, donde ella fuera yo tendría que ir, cual esclavo, me llene de ímpetu y le dije con ahínco -Tengo unas gana tremendas de amarte-,  lo más inesperado fue que se devolvió un rápido  -me pasa lo mismo-. Qué momento mas pendejisimo y estúpido, pero era nuestra estupidez y no toleraría que alguien lo estropeara.
  Conversamos no sé cuantas horas, nos conocimos, o mejor dicho nos reencontramos, porque a cada momento y con más fuerza estaba seguro que esa desconocida fue en alguna otra vida la mujer que me hacía el amor diariamente, la que toleraba mis momentos estúpidos y compartía la magia que la locura me frecuenta visitar.
   No sé si alguna otra vez podría estar en frente de tan placentero y santo momento, como dicen que las cosas buenas se dan solo una vez y si no lo tomas la vieja pasa lueguito, no estaba pa´ probarlo, era ella ahí,  mi alter ego, era ella, la perfecta desconocida que era capaz de hablar mi idioma y hablarlo sin problemas, ese idioma que se da entre dos enamorado desconocidos, su boca se me hacia masticable cuando lo hablaba y sus pechos quemaban mis ojos al verlos.
   Que mierda, un poeta correctamente incorrecto, que ostenta la más variada y piro pintas escusas para responder a cada pregunta incomoda de la vida estaba siendo abordado por un acorazado de un metro sesenta y pico, con unos labios perfectos y unos pechos hechos a mano por Dios, la casualidad se estaba volviendo más cierta que la mismísima trinidad, nada mas de compasión, el corazón estaba empezando a ganar, el tiempo estaba a mi favor, había que aprovecharlo, la desconocida estaba ahí y aunque inútilmente podría rehusar a enamorarme de esta arma de doble filo tendría que arriesgar las patas y comenzar a caminar los cientos de kilómetros que separan la felicidad, pase lo que pase, caiga quien caiga, la desconocida lo vale, esa historia contada en otra vida y olvidada en esta vida lo merecían, Dios y su destino te pegan con un palo en la raja y te despabilan cuando menos lo piensas, lo que piensas con tu mente, cuando es puro él se encarga de mostrarlo, a su tiempo, cuando menos lo tienes planeado.
 
 
 
  *Mi discurso de hombre bien compuesto
con semblante melómano  puesto por gracia de herencia de familia,
casta italiana dicen mis abuelos,
avispado por naturaleza decían ellos, quedaba hecha añicos,
una bien compuesta desconocida
hacía de la quimera una ciencia inexacta,
completamente ineficaz cuando el corazón lo atraviesa una daga
con forma de pechos mitómanos,
cuando una voz es completamente responsable
de no medir lo que es inentendible para el resto,
cuando los paradigmas de la humanidad
que favorecen lo correcto se quiebran por completo.
    Me pillo volando bajo esta cuestión,
no soy muy dado  al amor, menos en estos tiempos,
lo plástico está de moda, lo casual llena los moteles,
y las palabras huecas se tornan verdad que calma la soledad,
hay una complejidad en todo esto
y dentro de la complejidad de la vida hay algo maravilloso
que logra sorprenderte,
en este caso la desconocida,
que a miles de kilómetros su voz logró conectarse
y trasladarse junto a mí en un segundo maravilloso,
donde su cuerpo en armonía se torna calefacción humana para las noches frías,
donde la compostura de tan torpe y solitario escritor
se va a la mierda por una perfecta desconocida
que torna lo gris en color por tan solo existir.*
 

No hay comentarios: