martes, 26 de julio de 2011

SOÑAR ES MALDITO

Es mágico como las palabras te puedes hacer reaccionar, es difícil entender como tanto cántaro al agua no sirve ni pa tratar de entender lo que se dice, complica de sobre manera insistirle a una muralla demasiado alta para saltarla, no se puede, aunque se quiera, la vida te muestra, de a poco el camino a seguir, no es fácil, pero muchas veces es lo mejor.
“Un terremoto negro en mi interior es lo que produjo aquella mujer que un día paso por mis ojos, que se abalanzó con tal fuerza que no lo espere, me disipo muchas dudas de la vida, y formo en mi aquel hombre que estaba escondido en ese pendejo mal criado y estúpido a más no poder. Fue ella misma la que se poso en una cama y me amo con una sutileza única, la que me hablo por horas con la dulzura que se encuentra en la rabia, y me abofeteo al mismo tiempo que me acariciaba en la mejilla.
Nunca supuse lo importante que se volvería, ni menos que su silueta me acompañaría pese a que me hizo falta, donde la distancia cobraba sentido cuando se enfurecía, pero que nos acercaba solo a centímetros cuando lográbamos amarnos.
Siempre entendí mi imperfección, siempre tolere tu manera de ser, entendí que esa convicción de pasar el resto de la vida solos, quedo opacada con la llegada del amor, no sé si lo sentiste, no sé si me amaste, mas no tenía tiempo de esperar que tus labios me lo gritaran, tenía que amarte mientras estuvieras en mi vera, mientras descubrieras lo conchesumadre que podía llegar a ser, que el pasado pisa fuerte cuando menos uno lo quiere y los prejuicios se comen la convicción de querer compartir nuestros cuerpos.
Tenía y aunque costara entender que por más que uno lo quiera las cosas no siempre resultan, y que por más que se intente no siempre el sol alumbra por la mañana. Así fue, no pude con la carga, no pude tapar el dedo con mi mano, y ver que por más que insistiera tu camino ya estaba definido, el trazado ya estaba demarcado y por más que yo me interpusiera en medio, tu rabia me echaría fuera de un soplido, por más que te repitiera una y mil veces que todo podríamos construirlo nuevo no habría en ti atisbo de solucionarlo, y aunque el corazón hablara, el murmullo de los dedos y la mente eran actores principales en todo.
Y esto trata de eso, de deshacerse de lo que no sirve, de votar la servilleta cuando ya se ocupo, de deshacerse de los aros cuando quedan huachos y terminar de raíz con los sentimientos cuando lamente sale fortalecida por sobre el corazón.
Y así como un día tus ojos me cautivaron, así como una vez comencé a amar tus pechos y la vida que nos separa por décadas, logre comprender que nunca se entendería mi puta verdad, entendí que soñar es gratis y maldito, que las palabras pesan nada cuando el dedo te apunta la cara, donde el conchesumadre se impone al pendejo sincero y las alas abiertas para volar perversamente libre no volverán a posarse junto a mí, aunque lo grite a rabiar”



ESTRACTO
“Te extrañare con las ganas
aunque el viento viaje con rumbo norte,
estaré presente en el funeral de nuestro amor
por más que mis sentimientos coartados broten.
El teléfono ya no suena,
mi amor murió esperando”

jueves, 21 de julio de 2011

CONTIGO

Mi tranquilidad no está como de costumbre, mis nervios se hacen presentes, la curiosidad por desvestirte ya estaba plantada, pero tenía que dar tiempo al tiempo.
Pasaron los días y todo fluía bien, me sentía como un quinceañero, todo cocoroco, medio weon, palabras absurdas, frases sin sentido, eran las emociones, eras tú como niña metida en mi, y donde antes dijimos que no habría corazón ahora este último se iba pa arriba esperando juntarse y llegar a la luna.
Sentimientos ensimismados, cuasi destruidos y con menos ganas de salir a la luz eran ahora algo primordial para que esto llegara a buen fin, el juego diario del gato y el ratón, de los boxeadores golpe tras golpe tenía que acabar, quedarnos nosotros, echar al enemigo y verse con el corazón en la mano, explotar el interior en un juego corporal que los dos deseábamos.
El día acordado partí temprano al encuentro, con mis phonos a todo lo que daba escuchaba algo de rap pa relajarme, el diario ayudaba de algo para pensar en otra cosa que no fuera en ti y en tu entrepierna. Un cigarro me acompaño mientras te esperaba, al rato llegaste y partimos, casi sin emitir ruidos, silentes hasta donde tu tenias planeado, solo la música del auto cortaba el silencio, llegamos a nuestro destino el calor ahí entibio los cuerpos, la complicidad brotaba, pero no sabíamos cómo dar ese zarpazo, hablamos sin tapujos mientras nos acomodábamos, tu quitaste tu pañuelo que cubría tu cuello, ahí partió el desequilibrado pensamiento por desvestirte de una vez, saque un beso guardado y comenzó nuestro caravana hormonal.
Todo era distinto, todo nuevo, las sabanas, el motel, las ganas y ese sentimiento que nos envolvía, el trayecto del poco viento que cursaba en la habitación te rozaba sutil, como mis manos. En eso te detuviste, mientras tus pezones se endurecían, tú querías jugar y yo no lo impediría, tú querías ser mi policía y yo quería besar tus muslos. Entre un momento de desliz me bloqueaste la mirada con el mismo pañuelo que antes me impedía ver la grandeza de tus pechos, ese mismo ahora me cubrían la mirada, solo escuchaba, solo intuía lo que venía, en eso me rozaste, me tocaste con tus dedos, me sacaste la polera y te fuiste a mi espalda, ahí mi éxtasis empezó a enarbolar la maravilla, era un preso de Guantánamo en manos de una mujer semi desnuda sobre mí, te me abalanzaste con una fuerza de un tornado furioso, yo con mi boca comencé a palpar tus pechos, no había calor más humano y divino en esos instantes, no había un pedazo de metal que no se fundiera con nuestro fervor al tacto de nuestros sexos.
Me descubriste la mirada y pude verte plena con solo un trozo de seda puesta sobre tu cuerpo, respire profundo y me fui directo hasta tus lomas, sinónimos sobraban, la expresión precisa para aquel momento sobraba, mis manos recorrían tu espalda, tu hacías lo mismo con tus uñas arañándome la mía, nos mixturamos sobre la cama, nos besamos con las ganas y jugamos, tu sobre mí, yo sobre ti, volaron las prendas y volaron las ideas, nos rodeaban. El reloj se detuvo, el aire se freno, vinimos a caer en este antro de Dios para amarnos, excitamos hasta a los espejos que nos reflejaban, la hermosura se hacía piel, sacaste lo mejor de mi brincando sobre la cama sensualmente, sexeamos, nos gemimos, nos besamos y jugamos como pocas veces la vida te da la oportunidad, tu pelo me tomaba por el costado y me reprimía, como la vista cuando te posabas sobre mi dejando que tus pechos bailen el mismo tango que nosotros danzábamos mientras nos penetrábamos.
Era todo de cuento, de esos largos que no acaban, la ducha no impidió que siguiéramos, el agua no aplaco las ganas por ti y por ti no mire la hora de partir, como poder acabar un poema sexual que se producía a cada instante con tu mirar, mi mente se llenaba de frases, de historias que no se encuentran en la calle, amores sórdidos que no se muestran al mundo más que en líneas, nuestros cuerpos juntos entre sabanas rojas se sintieron como nunca, tu voz me seguía poniendo la piel de gallina, mi ilusión se volvía ironía feminista, la vida mostraba alegrías y tu ahí conmigo.

CONTIGO
Las sabanas están de fiesta,
mi cara se refleja en la laguna
que hemos de visitar,
contigo los guantes se cuelgan
para ponernos a amar.
Contigo lo ilógico se vuelve real,
una caricia lejana llega rauda
como viento en huracán,
contigo las soledad se vuelve quimera
y el calor penetra hasta a un esquimal.
Contigo querer se pone fácil
aunque la muralla separe la felicidad,
contigo lo irreverente moja a un sacristán
manosea hasta la propia deidad.
Contigo los gestos brotan sutiles
y las ganas se pegan a las ganas,
contigo un instante eclipsa el momento
detiene el tiempo en el desván.
Contigo brota la risa fácil
tus pechos enarbolan en el lugar
contigo el silencio grita en mis oídos
como el amor se vuelve plural.

CONTIGO

Mi tranquilidad no está como de costumbre, mis nervios se hacen presentes, la curiosidad por desvestirte ya estaba plantada, pero tenía que dar tiempo al tiempo.
Pasaron los días y todo fluía bien, me sentía como un quinceañero, todo cocoroco, medio weon, palabras absurdas, frases sin sentido, eran las emociones, eras tú como niña metida en mi, y donde antes dijimos que no habría corazón ahora este último se iba pa arriba esperando juntarse y llegar a la luna.
Sentimientos ensimismados, cuasi destruidos y con menos ganas de salir a la luz eran ahora algo primordial para que esto llegara a buen fin, el juego diario del gato y el ratón, de los boxeadores golpe tras golpe tenía que acabar, quedarnos nosotros, echar al enemigo y verse con el corazón en la mano, explotar el interior en un juego corporal que los dos deseábamos.
El día acordado partí temprano al encuentro, con mis phonos a todo lo que daba escuchaba algo de rap pa relajarme, el diario ayudaba de algo para pensar en otra cosa que no fuera en ti y en tu entrepierna. Un cigarro me acompaño mientras te esperaba, al rato llegaste y partimos, casi sin emitir ruidos, silentes hasta donde tu tenias planeado, solo la música del auto cortaba el silencio, llegamos a nuestro destino el calor ahí entibio los cuerpos, la complicidad brotaba, pero no sabíamos cómo dar ese zarpazo, hablamos sin tapujos mientras nos acomodábamos, tu quitaste tu pañuelo que cubría tu cuello, ahí partió el desequilibrado pensamiento por desvestirte de una vez, saque un beso guardado y comenzó nuestro caravana hormonal.
Todo era distinto, todo nuevo, las sabanas, el motel, las ganas y ese sentimiento que nos envolvía, el trayecto del poco viento que cursaba en la habitación te rozaba sutil, como mis manos. En eso te detuviste, mientras tus pezones se endurecían, tú querías jugar y yo no lo impediría, tú querías ser mi policía y yo quería besar tus muslos. Entre un momento de desliz me bloqueaste la mirada con el mismo pañuelo que antes me impedía ver la grandeza de tus pechos, ese mismo ahora me cubrían la mirada, solo escuchaba, solo intuía lo que venía, en eso me rozaste, me tocaste con tus dedos, me sacaste la polera y te fuiste a mi espalda, ahí mi éxtasis empezó a enarbolar la maravilla, era un preso de Guantánamo en manos de una mujer semi desnuda sobre mí, te me abalanzaste con una fuerza de un tornado furioso, yo con mi boca comencé a palpar tus pechos, no había calor más humano y divino en esos instantes, no había un pedazo de metal que no se fundiera con nuestro fervor al tacto de nuestros sexos.
Me descubriste la mirada y pude verte plena con solo un trozo de seda puesta sobre tu cuerpo, respire profundo y me fui directo hasta tus lomas, sinónimos sobraban, la expresión precisa para aquel momento sobraba, mis manos recorrían tu espalda, tu hacías lo mismo con tus uñas arañándome la mía, nos mixturamos sobre la cama, nos besamos con las ganas y jugamos, tu sobre mí, yo sobre ti, volaron las prendas y volaron las ideas, nos rodeaban. El reloj se detuvo, el aire se freno, vinimos a caer en este antro de Dios para amarnos, excitamos hasta a los espejos que nos reflejaban, la hermosura se hacía piel, sacaste lo mejor de mi brincando sobre la cama sensualmente, sexeamos, nos gemimos, nos besamos y jugamos como pocas veces la vida te da la oportunidad, tu pelo me tomaba por el costado y me reprimía, como la vista cuando te posabas sobre mi dejando que tus pechos bailen el mismo tango que nosotros danzábamos mientras nos penetrábamos.
Era todo de cuento, de esos largos que no acaban, la ducha no impidió que siguiéramos, el agua no aplaco las ganas por ti y por ti no mire la hora de partir, como poder acabar un poema sexual que se producía a cada instante con tu mirar, mi mente se llenaba de frases, de historias que no se encuentran en la calle, amores sórdidos que no se muestran al mundo más que en líneas, nuestros cuerpos juntos entre sabanas rojas se sintieron como nunca, tu voz me seguía poniendo la piel de gallina, mi ilusión se volvía ironía feminista, la vida mostraba alegrías y tu ahí conmigo.

CONTIGO
Las sabanas están de fiesta,
mi cara se refleja en la laguna
que hemos de visitar,
contigo los guantes se cuelgan
para ponernos a amar.
Contigo lo ilógico se vuelve real,
una caricia lejana llega rauda
como viento en huracán,
contigo las soledad se vuelve quimera
y el calor penetra hasta a un esquimal.
Contigo querer se pone fácil
aunque la muralla separe la felicidad,
contigo lo irreverente moja a un sacristán
manosea hasta la propia deidad.
Contigo los gestos brotan sutiles
y las ganas se pegan a las ganas,
contigo un instante eclipsa el momento
detiene el tiempo en el desván.
Contigo brota la risa fácil
tus pechos enarbolan en el lugar
contigo el silencio grita en mis oídos
como el amor se vuelve plural.

viernes, 8 de julio de 2011

CURVAS PELIGROSAS

CURVAS PELIGROSAS


Por fin pude terminar el maldito artículo pendiente, justo a tiempo, jamás me he atrasado pero estas últimas semanas han sido un poco movidas, pero justo a su tiempo llego la guinda de la torta, transformada en una mujer de veintitantos, viajera y libre.
¿Como no podría escribir de todo lo que Viviana me empapa?, si es casi como que supiera que la escribiría y la describiría en el artículo.
¿¿Es mal mirado una mujer liberal, política y con opinión en el siglo XXI?? Era el título de mi artículo., Recordé tiempo atrás cuando por esas cosas de la vida me llego la invitación a un nuevo libro, la nueva editorial de un amigo lanzaba una obra de un historiador, sobre la vida y obra de Huidobro, y como sabía lo que me gustaba su obra, no dudó en enviarme la invitación.
Lo que no estaba en los planes era que al llegar allá, el Historiador, sería más que eso, sus pechos dejarían en claro ese día que la noche seria larga y se hablaría más que de libros, más que de poesías, más que de piernas y pechos.
Montserrat, una buena escritora, pintora, cientista política e historiadora, era la típica mujer adelantada para aquellos años en Chile. Radicada en New York era una verdadera eminencia para la típica mujer frígida chilena que aún nos rodea en éste siglo, y un verdadero torbellino para los hombres precoces que frecuentan pasar por la calle.
La presentación estuvo entretenida, el intro lo hizo Javier (mi amigo, que a esas alturas estaba de más), después vino un nuevo poeta local y a continuación ella.
Creo que de un principio se percató de la forma en que la miraba y dónde la miraba, movía sus labios con un cuidado único, tratando de no dejar ninguna palabra a medio terminar, demostrando el dominio de su inglés y haciendo alusión a los años de estudio del vate Huidobro.
Creo si mal no recuerdo, que fueron unas ocho veces que se humedeció los labios, cuatro en las que se movió el pelo de la cara y unas mas en las que cruzó las piernas.
No hallaba la hora de que tanto discurso terminara y pudiera sentir su respiración frente a la mía cuando le pidiera que me dedicara el libro.
Ella entendía el juego y solo atinaba a seguirlo, como buena gringa adoptada, lo hacía con tal disimulo que nadie lo sospechó.
Ya habían pasado más de dos horas, quería ser el último en la fila, me topé con un ron con mucho hielo y me armé de fuerza, sabiendo que iba sin nada en las manos, solo con un coqueteo barato a distancia y con más de treinta personas rodeándome.
Buenas tardes señorita, tengo unas ganas insaciables de leer tus letras pero no lo quiero hacer sin que dejes tu marca en mi libro- le dije.
Ella me miro, sonrío y me dijo, Montserrat, mucho gusto y tú eres…, Ricardo, un triste poeta y columnista.
La conversa fue de menos a más, me firmo el libro y yo el muy pavo nunca leí lo que ahí decía hasta un buen rato más, cuando ella ya compartía con otras personas que ahí se encontraban.
Hotel Plaza, depto. 805, era como empezaba y terminaba con un imaginario, veamos qué pasa.
La miré a la distancia y sonreí, ella coqueteó con sus ojos hermosos y siguió con sus conversas por el salón, yo me acerqué a Javier y le dije que hoy no saldría con él al after, si no que tenía una cita oculta con una mujer oculta, él como buen periodista, no tardo tanto en darse cuenta de que señorita se trataba y me miro de inmediato con esa cara de torpe, queriendo advertirme en lo que me estaba metiendo.- Weon, ella es una mujer adelantada, ten cuidado, esa morena se las trae, espero que mañana termines bien y cuando te llame me des la exclusiva-
Eres un maldito pervertido Javier, le dije, a los que reímos un buen rato.
Ella se perdió entre todos, entre los cigarros y risas del salón, asumí que ya había partido rumbo al Hotel, me apresuré a terminar la última copa y a despedirme de Javier lo antes posible. Tomé el auto y emprendí raudo hacia el hotel, estacioné como nunca dentro de él y llegué como si nada a la recepción. Departamento 805 por favor- le dije a un caballero engominado hasta las cejas.- Don Ricardo aquí tiene las llaves y una nota, la señorita Montserrat dijo que subieras-, ¿¿Qué?? ¿Las llaves? Bueno será- ahí recién entendí en lo que me estaba metiendo, Ya no era pagar la noche en recepción, y que a la pieza llegaran con dos copetes y una caja de preservativos, esto iba mucho más allá, estaba con una mujer Chileno-Americana, desinhibida, capaz de todo.
Subí al asesor y leí la nota: “espero no equivocarme y que esas miradas quisieran lo mismo que yo…te espero”. Y mi cara estaba a punto de caerse a pedacitos, quería salir corriendo, porque era como una invitación a la muerte, no estaba preparado a morir en las manos de una mujer que había tomado la cultura norteamericana como propia, mi orgullo estaba por el suelo pero ya estaba ahí y tenía que asumir que la noche sería mucho más que un polvo, sudor y gemidos, si no que iría mucho más allá, frases, críticas, y una conversación de esas de alcobas, una en el edredón.
Abrí la puerta que ya tenía un lindo cartel que decía “No Molestar”, ya me sentía en la mejor película gringa, viendo como una chilena me enseñaría algo culturalmente-sexual, distinto a lo que conocía.
Entré a un comedor de un departamento de muchos metros cuadrados, la llave de la ducha a todo lo que daba y ella dentro, no atiné a nada, solo a mirar su computador que estaba abierto en el escritorio, alcancé a leer unas cuantas críticas que hacia sobre el sistema capitalista y sobre la importancia de que la derecha no volviera a conquistar el país.
-eso lo tengo que entregar mañana a primera hora, es para un reportaje para un diario gringo- y mi vista giraría cual soldadito de plomo chileno y ahí ella, con una bata, sin nada bajo ello, el pelo tomado, mojado, y unos lentes rojos, llenos de pasión.
Se ve interesante, le dije, tienes que enseñarme cómo lograr ser todo lo que tú eres, para entenderte.
Siéntate acá y espérame, mira que tengo que terminar esto. Me besó con esos labios humedecidos, se volteó y se sentó a terminar como si nada pasara, sin prestarle esa atención que nosotros le tomamos “el” momento para estar solos, como no sintiendo esa presión de disfrutar del sexo, como los ansiamos los chilenos culturalmente normales, y santiaguinos por adopción que hacemos todo rápido, como que el tiempo se nos acabara. Ella no, guardaba el momento muy bien y disimulaba todo.
Me filtré por su bata y logré ver más allá de su cuello, su pecho era un muy buen argumento para seguir ahí, no lograba tranquilizarme pero entendí que esa noche se haría todo a otro ritmo, sabiendo que estaba con una mujer distinta, de opinión, capaz de escribir un libro completo y estudiar a un personaje tan disperso como Huidobro (y ya eso era merito para un Oscar), así es que aguarde el momento pero sin quitar mi vista de sus pechos y sus piernas.
–Prefiero seguir escribiendo, porque mis manos si te tocan se van a quemar- me dijo, y ahí entendí que el articulo ya estaba listo, lo envió con prisa y no se paró, solo se giró en la misma silla, sacó el pinche que cuidaba de su pelo húmedo y me invitó a acércame a ella, se abalanzó sobre mí, saqué sus lentes y los arrojé sobre el sillón y ahí empezó la verdadera fiesta de esa noche, la presentación personal del libro y de la escritora, una historia que sabía que algún día me serviría de verdad.
Comenzó todo lentamente, toqué sus muslos largos, mientras besaba su cuello, ella gemía en mi oído y causaba una calentura tremenda en mi, nos besamos locamente, su boca estaba extasiada me guiaba y no demoro en sacarme la camisa, y ahí pude sentir el calor que adornaba como cuadro el lugar, saqué su bata, y pude entender lo magnifico de esos pechos, duros, eternos con pezones rosados que podían llevar a cualquier persona hasta la luna.
Tomó unas fresas que posaban en la mesa del costado y empezó a jugar con ella, hurgueteó no sé cuantos momentos con ella por su cintura, la frotaba sobre sus pechos, invitándome a comer de ellos, pero no sé de donde saqué ese “detente” que en otros momentos tanto añoré y me limité a mirarla, ya a esa altura el calor era sofocantemente placentero en la habitación.
La cogí junto a mí, la besé y sentí como sus pechos ardían de calor junto a mi pecho, mis manos bajaron hasta más allá de su cintura y toqué la eternidad, rocé con mis dedos su goce, sentí como se mojaba, mientras ella devoraba cual lobo, mi cuello.
Pudimos llegar al final hasta la cama, tocándonos, comprendiéndonos y enarbolando frases por todo el lugar, se posó sobre mi y sus movimientos no hacían más de volverme loco, sus pechos apretándose contra sus brazos que tocaban mi pecho no tenían otra misión más que exagerar la hermosura de éstos y para mi boca no era más que una excusa para besarlos y morderlos.
Bajó, no sé cuantas veces, llego hasta más allá que muchas otras puterias mías. Yo por no ser menos conocí ese jugo sabroso que guardan en su interior las mujeres y disfrute cada segundo, jugamos no sé cuantas veces y fuimos uno solo por no sé cuantas horas, el reloj avanzaba lento, y rogaba que se detuviera ahí y no forzar la despedida que ninguno de los dos queríamos, nos formamos poemas salidos de ese mismo instante y pude comprobar que la poesía no es más que el tiempo culmine de momentos placenteros del corazón.
Después de haberme ido más de dos veces, ella tomó un cigarro y fumó junto a mí, decidí no seguir con la guerra absurda de abstenerme a estas cosas que nos hacen distintos a los demás mamíferos y nos quedamos juntos hasta que el sol quiso que terminara este seudo mundo, nacieron muchos poemas, nacieron muchas frases y no sé cuantas utopías, ella solo me besaba de vez en cuando y seguía escribiendo no sé yo qué, porque ha estas altura me importaba la nada misma, más que seguir tocando sus pechos y seguir con la caravana hormonal provocada por una gringa adoptada y este roto chileno


BÉSAME

Creí por un momento en el amor,
Y sentí como formaba algo aquí
Como se siente lindo el interior
Como por eso me puse a escribir.

Cabellera morena y bella,
Desprendida y delicada
Aquella cabellera.

Coge mi vientre que yo cojo el tuyo
Escóndelo y ábrelo cuando prefieras,
Come de mí que yo como tu fruto,
Ámame hasta cuando quieras.

Bellos contornos pasan por mis ojos
Vientre de luna, amarga ironía
Con un soplido desnudo tu torso,
Llenas mi espacio de alegría.

Hoy danzará mi cuerpo al vaivén de tu cuerpo
Enredado en tu pelo
Te siento tu pelo crespo
Y sin más temor bajo hasta tus pechos.

Ofrenda del cielo, luz en mi camino
Saboreemos del cáliz que nadie a de beber,
Mantén tu sigilo, tiéntame tranquilo,
Gocemos temblorosos los vasos de nuestro ser.

El momento de placer que tú me brindas,
Con tus curvas sensuales,
Flores dulces doradas,
Amor nuestro, amor de manantiales.

Mujer ven y encántame un poco
Ámame y bésame ahora
Siente como por tu placer me vuelves loco
Ámame sin descansar antes de que caiga la aurora.

Quiéreme dulce mujer,
Ámame y bésame llena de calor,
Bésame inúndame de placer,
Hazme como tú sabes el amor.

Quédate a mi lado y come, siente mi aroma,
Peca junto a mí y después suavemente
Recorramos tu loma,
Y así nuevamente,
Y así nuevamente.

Enredado estoy en tu pelo,
En tus curvas de plata,
Me dejo caer en este sueño,
En tu piel escarlata.

Y no has de pensar, mas el instante junto a mí,
Y en un minuto paremos en nuestras blancas huellas,
Llena mis rincones de tu salvia, todo de ti,
Deja que el momento nos lleve donde quiera.

Mujer ven nuevamente y bésame
Bésame toda la noche,
Ámame hasta quererme
Y que esta noche
No acabe en una noche.

miércoles, 6 de julio de 2011

TUS LABIOS


Si pudiera expresar algo que me gusta es cuando mis sueños me dan algún motivo para escribir, cuando esas ganas se expresan de una manera única y me inspiran para poder escribir por horas, la noche recién pasada no fue la excepción y te imagine de maneras únicas y distintas.
Ahí estabas tú, junto a mí, tus labios rojos hacían imposible no querer morderlos, era la primera vez, la primera vez que nos veíamos, ya no había necesidad de soñar, ya no existían argumentos mara seguir idealizándote, eras tú en carne y hueso presente junto a mí con ese romance que adornaba el lugar de un aroma fragante.
Todo era distinto, nada fue como esperaba, existía cierta lejanía entre los dos (era obvio), pero me arme de valor y corte el hielo, recuerdo tus primeras palabras “esta soy yo pendejo, aquí estoy”, yo solo atine a mirarte, maquille muy bien mis nervios, no emitía ruidos, deje que tus manos al volante me llevaran donde quisieran, fue mucho rato (incluso medios perdidos), llegamos donde compartiríamos un momento agradable. Era extraño, porque se hacía muy fácil todo, la conversación fluía ligera, no forzamos nada, compartimos, nos reímos, nos confesamos y confiamos el uno en el otro, limamos esas asperezas que separan nuestros caminos y comenzamos a conocernos. Yo fui un caballero y por más que quería desvestirte y llevarte a una cama me contuve, por respeto a ti, por hacer de esta cita solo la primera de muchas, y aguardando el momento oportuno para deleitarme de tus pechos y hacerte el amor, no te niego que aunque no lo percibiste te mire mucho, me cole por el pliegue que forman tus pechos saliendo de tu polera, creo que aunque involuntario tu abriste tu chaqueta para tentarme más, hacerme el weon era lo mejor, quizás reír para camuflar los nervios pero ahí estábamos. Ya en el auto, volví a ser cauto, a no mostrar sentimientos, quizás estuvo mal, quizás bien, pero qué más da si en mi interior la convicción porque seas mujer importante en mi vida y compartir más que un polvo pasajero sigue permaneciendo firme.
Ya al separarnos comencé a pensar lo poco valiente que fui, y lo poco decidido para decirte que moría por un beso tuyo, por una caricia sincera y un abrazo que entibiara mi frio cuerpo, pero ya estaba, tenía que esperar y convencido que la próxima vez te veré rendida junto a mí, tocándonos y comiéndonos a besos, disfrutando de nuestras mejores fantasías sexuales, disfrutando de la perversa perfecta, riendo como tanto nos gusta hacerlo, disfrutando de tus labios hasta el delirio.





TUS LABIOS

Vida como esa no he de desaprovecharla
tus manos como plumas rozan mi alma
tu ego queda reducido a palabras
mientras tus pechos rozan duros mi espalda.
El viento aúlla, los gestos se multiplican
tus labios me rosan
mojan hasta mi lógica,
sentir así se hace insostenible
el calor trauma mis prejuicios
tus lomas susurran incontenibles
fetiches se vuelven las mojas en sus juicios.
tus labios mojan hasta las ganas que han de venir
con una facilidad insospechada,
dejas mi sensatez coarta a sentir
lo que propongas desfachatada,
desprendida de tabúes y manías
dejando la edad y la experiencia
a los pies de la cama,
me traes la ironía de un cuento sin fin
anclamos el cariño a las ganas malvadas.