martes, 7 de junio de 2011

SENTIMIENTOS TEMPORALES

Casi siempre pasa que cuando más te enamoras, cuando mas abres tu corazón, o bajas la guardia el amor paga con un buen charchazo, quizás realmente funcione de esa manera, quizás amar ya esta tan cuesta arriba que se pone difícil, bien escribí en uno de mis libros que la satisfacción del amor se asocia en estos tiempos en otras cosas materiales, es una opción, no la descarto, pero no puede ser que reventar una tarjeta de crédito en un mal pueda ser mas orgásmico que estar junto a tu pareja amándose.
Un tiempo atrás, fuimos juntos con ella, su sombra y mi timidez a perdernos unos días a la playa, la verdad las expectativas eran altas, mi guardia estaba baja, de hecho se quedo deambulando en Santiago. En mi bolso algo de ropa, comida y unos kilos de cariño y cosas que decirle. Ella feliz, su cara irradiaba más que el sol de septiembre, sus maravillas en su cara se hacían más asiduas, era mi oportunidad para amarrar ese amor que un día comenzó, no lo podía desaprovechar.
Fue todo color de rozas, cocine mis mejores platos, ella la reina de mi mundo, la casa para nosotros solos, atardeceres juntos mirando el sol e inspirándome, de ahí mucho se escribió, mucho se cosecho, la inspiración impregnaba hasta las sabanas.
No sé en cuantas fotos nos comimos a besos, no recuerdo bien en cuantas ocasiones acaricie su pelo negro y goce con ese cuello oscuro, me refleje unas cuantas más en sus ojos (hay registros perdidos por ahí), era todo exquisito, todo idílico, como un cuento de hadas chilensis producido en una playa cualquiera en la 5ta región.
El sexo más placentero y el que mayores recueros me ha dejado en mi vida fue ahí en esa casa adoquinada y amurallada con pino Oregón, no creo haber sentido mi pene más duro que en esos días, ella se entrego por completo, nos amamos por horas, y no miento, creo que un día completo fue poco, nos notábamos el cansancio corporal, pero el amor podía mas, intuyendo que quizás esa oportunidad no la tendríamos más en la vida y nos dejamos llevar.
Si pudiera describir todo lo que en esas sabanas ocurrió estaría días, y les confieso que recuerdo cada detalle, le recuerdo cada lunar, palmo a palmo sus contornos únicos, sus pechos morados, sus ojos semi cerrados mientras moría de excitación, su olor corporal, sus piernas únicas.
Ahí descubrí que la amaba, entre las llanuras de su cuerpo, mientras la amalgame contra mi cuerpo, mientras la miraba posada sobre mi moviéndose afanadamente y disfrutándonos, repitiendo una y otra vez que me amaba, que no se alejaría de mi y mientas nos duchamos juntos, nos volvimos un solo ser (como olvidarlo), era pa´ vivirlo eternamente, era un espanto decidido a la maldita soledad que nos rondaba por mucho tiempo, éramos dos personas amándonos, haciendo verdaderos nuestros más putos pensamientos, entre esas cuatro paredes.
Estaba dispuesto a entregar completamente mi corazón, sin importar la vida que traía sobre mis hombros, o lo difícil que sería convencer al mundo de mi amor, no tenía ningún reparo en afrontar los avatares del destino por aquel amor, se lo dije y por primera vez sentí en la voz de sus labios lo reciproco de ese devoción, pero también aprendí que las palabras aguantas muchos y los sentimientos no son más que sentimientos temporales que agarran fortalezas por las situaciones vividas, pero que se van y se ocultan como ese sol que vimos irse por la tarde.
Fueron no más de dos semanas para darme cuenta de la realidad, y que su amor no fue más que solo palabras ocasionales, como un te quiero perdido, como un tweet maricón lleno de amor que se cambia por un bloqueo estúpido, aprendí que al bajar nuestra guardia y querer vivir de cara ese sentimiento espectacular es cuando más te pisotean hasta las bolas, aprendí que el amor es solo situaciones, que son solo aventuras y que lo mejor es guardarlo en tu mente y si tienes la suerte mía, plasmarlo en líneas cabronas y amortillarte cada vez que puedas y te dé el cuero para leerlo.

MALDITO CORAZON

Pretender hacer de tu inestabilidad emocional
un beneficio para mí
sería un suicidio,
ya no existe en los planes
porque con tus caricias amargas me aclaraste
los vaivenes emocionales de tus sentimientos temporales.

Seguir sucumbiendo a tus curvas
y a tus pechos que marginan hasta
las veces que puedo tocarlos,
no vale la reverenda pena.
O seguir presumiendo con mi propia mujer de lujo
que no existe ni pa´ amortiguar
la debacle de los días nublados,
no es más que una suntuosidad exagerada
que no vale la condena de un espíritu ya roto.

Y si tu interior no tiene remedio
pide perdón a los cielos y podrás morir tranquila,
si no, mírame a la cara y vete al infierno,
porque no podría tolerar más esos malditos maromas
que una vez me cautivaron
y que ahora solo vienen a repasarme en el suelo
mientras perezco por tu maldito corazón.

La frialdad de tu sentir
congela hasta el mismísimo satanás,
y tus labios que botan besos
para recogerlos y ponérmelos en mis labios
no podría llenar el vacío que tiene la cama ahora
aun estando contigo,
o ese frio calador que muchas veces me hiciste sentir
me refriega en la cara
que me enamore de la mujer equivocada
y que la insistencia absurda
es el peor argumento para seguir.

1 comentario:

JAQUELINE dijo...

Oliver, siempre quise ser defensora de los sentimientos permanentes, pero la realidad y la vida misma me han enseñado que no existen. La crudeza de tus palabras me calan hondo, me transmites esa sensación que te lleva al cielo y de un solo golpe te deja caer sin aliento. Me encantó leerte, un abrazo...